Los fosfatos son un tipo de compuesto químico que se puede encontrar en el agua de piscina y puede contribuir al crecimiento de algas en la piscina. Pueden entrar a la piscina de una variedad de formas, incluyendo agua de lluvia, escurrimiento y algunos químicos de piscina.
Los fosfatos en el agua de piscina pueden ser una fuente de comida para algas, las cuales se pueden multiplicar rápidamente para crear una apariencia verde y turbia en el agua. Controlar los niveles de fosfatos en el agua de la piscina es por lo tanto una parte importante de mantener una adecuada calidad de agua y prevenir el crecimiento de algas. El nivel recomendado de fosfato para el agua de piscina es típicamente menor que 100 ppb (partes por billón), aunque esto puede variar dependiendo de la piscina específica y su ubicación.
Hay varios métodos para reducir los niveles de fosfatos en el agua de piscina, incluyendo el uso de químicos de piscina especializados y enzimas, agregar floculantes para ayudar a filtrar los fosfatos y remover físicamente escombros del agua a través de limpieza y aspiración.
Aunque los fosfatos no son directamente dañinos para los nadadores, su presencia en el agua de piscina puede llevar al crecimiento de algas, el cual puede provocar riesgos de salud y hacer que la piscina sea inutilizable. Controlar los niveles de fosfato en el agua de piscina es por lo tanto una parte importante de mantener un ambiente de natación seguro y disfrutable.